Mick Jagger

Intentar comprimir la vida de su satánica majestad en este espacio sería más que injusto para Mick Jagger, pero al menos lo vamos a intentar. En sus arcas tiene más de treinta millones de copias vendidas de sus discos, sus seguidores no contemplan edad, sexo, raza o nacionalidad, y allí por donde toca el lleno está asegurado. Sobre el escenario no tiene rival, que es donde sus canciones toman vida propia. Su filosofía de vida es clara y directa: “hacer lo que a uno le da la gana es la verdadera democracia”. Eran comienzos de los 60’ cuando Jagger junto a su amigo de la infancia Keith Richard funda los Rolling Stones. Y lo que iba a ser un pasatiempo acabó convirtiéndose en el grupo más famoso del mundo del rock. Cuatro décadas subido en un escenario, cuatro décadas demoliendo a la competencia, cuatro décadas manteniéndose en la cima. La fama hizo que su ajetreada vida saliera a la luz. Entre las noticias que más destacaron estuvo su relación con la cantante Marsha Hunt, que dio como fruto un un hijo; su detención en Londres por posesión de drogas, y su ingreso en un hospital japonés por sobredosis de barbitúricos y alcohol. Curiosamente todo esto nunca fue mala prensa para el grupo y cada escándalo se convirtió en un nuevo momento de auge para la formación. En 1980 conoce a Jerry Hall, una modela inglesa que le asienta en la vida. Con ella tendría tres hijos. Se trasladan a Richmond y compran un rancho para evadirse de molestos periodistas y fans. Tras diez años de noviazgo, se convierten al hinduismo y se casan por el rito de su nueva religión en la isla de Bali, Indonesia. La relación con Jerry se rompe diez años después, cuando tras veinte años de infidelidades y de continuos perdones, la modelo no puede superar el nacimiento de un hijo de Mick con la modelo brasileña Lucia Morad. Su hija Jane le hizo abuelo en 1992. Pero cuando Mick se mete al público en el bolsillo deja de ser un abuelo para ser el joven alocado e impertinente de toda la vida.